En cuanto todo en la relación depende exclusivamente en aspecto físico y la atracción inmediata, la relación tiende a volverse efímero. Extremadamente corto. Igualito que los microondas de cuarto de hotel, que calientan rápido, pero se dañan pronto. Empezar una relación exclusivamente en lo superficial, equivale a confiar en un electrodoméstico barato, enciende de inmediato, eso sí que se daña antes de lo esperado. Cuando no hay más que deseo, la relación se esfuma en nada. Sin rodeos. Como un microondas de hotel, que enciende rápido, pero se funde fácil. Un romance sostenida por encanto visual, acaba como un electrodoméstico exprés, que funciona bien un rato, pero tiene fecha de vencimiento corta. Si acaso el cuerpo es el pilar de el romance, se va al piso pronto. Tal cual pasa con el microondas compartido, que encienden sin pensarlo, pero no duran un telediario.
¿Y si me arrepiento?
A quien esto toca, fallar también es parte del viaje. No te culpes por creer que era para siempre y te dejó una enseñanza caminante. Eso lo hemos vivido todos, viendo series rotos por dentro, preguntándonos qué nos llevó a presionar “enviar”.
Y lo escort de alto nivel que salva es que, ya sea una alma gemela o un amor exprés, todos te revelan una parte de ti, te aclaran lo que no, cómo renaces sin darte cuenta. A veces, entra en tu vida para activarte emociones dormidas, que aún sabes sentir, amar sin garantía.
Conclusión que calienta el alma y aclara la mente
Desde lo más sincero del ser, no hay un algoritmo infalible para distinguir lo profundo de lo pasajero. Aun así, hay formas de intuirlo. Escucha tu calma, y no solo la mariposa loca. Si la relación te llena sin vaciarte, si te abrazas más gracias a ese encuentro, entonces podrías estar frente a algo valioso.
En cambio, si al recordarla, te duele más de lo que te calma, y solo hay chispa en la sonrisa, no en el ser, quizás estás viviendo un episodio corto pero vibrante.
La sabiduría está en reconocer el lugar que ocupa cada encuentro. Algunos solo son pasajeros. Unos llegan solo para soltarte el cuerpo, a desarmarte con humor, o a pulir tu criterio emocional.
Así que, ¿alma gemela o fling? Tu cuerpo y tu corazón lo saben, y tal vez también en esa conversación silenciada.